Bienvenida: El árbol de la vida

Declaración de intenciones: Este Blog busca proporcionar al alumnado (de diferentes cursos) conocimientos útiles e interesantes para su día a día que le ayuden a descubrir lo que realmente le llena  y tomar decisiones en base a ello a la hora de construir su propio árbol de la vida.

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Biotecnología y Metafísica: ¿por qué no?

Hoy, aquí, ahora os invito a comenzar a construir el árbol de vuestra vida. 

¿Os atrevéis a intentarlo? 

El puno de partida será la "autoconciencia": la vida de cada uno de nosotros y nuestras circunstancias. Habrá  otras realidades pero a ellas solo llegaremos desde la autoconciencia.
Heidegger nos habló de tres existenciales en la vida de cada uno: la mundaniedad (el mundo), la personeidad (yo) y la comunitariedad (nosotros).

• Mundaniedad: vivimos enclavados en lo real y lo real nos es real  desde la realidad que nosotros somos.
• Personeidad: el "yo" es un individuo en sentido pleno que se autoposee. Solo él vive su intimidad, toma sus decisiones y siente sus dolores y gozos. La luz con la que se conoce y afirma lo de fuera le brota desde dentro.

• Comunitariedad: somos una soledad destinada al diálogo y a completarse en  comunidad. Quien se entrega imprudentemente se pierde, pero aquel que se cierra en su soledad intentando ganarse, también se pierde.

Graduación de la Licenciatura en Biotecnología,Sevilla (2013-14).

El lenguaje hizo al hombre desarrollar sus capacidades intelectuales. Como dijo Kant: "aprendemos a pensar, aprendiendo a hablar". Por otro lado, el amor es el punto decisivo en las relaciones humanas. Dijo Mounier: "yo amo luego el ser existe y la vida vale la pena ser vivida"

El comunitarismo y el personalismo se dan sentido mutuamente pues si solo desarrollamos el primero, la persona se diluye en un arbitrario todo. Del mismo modo, cultivando meramente el personalismo, degeneramos en un aburrido y simple individualismo.

Solo con el comunitarismo y el personalismo unidos seremos  capaces de crear nuestro propio proyecto vital (árbol de la vida) sin perder la autenticidad. Se trata de ser nosotros mismos y de alcanzar la vocación de nuestro más auténtico yo porque la autorrealización lograda nos da la incomparable vivencia de la felicidad.

Para ello, deberemos actuar siempre de manera que tomemos a la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, como fin; nunca como medio (Kant).

En definitiva, construir el árbol de tu vida quiere decir abrazar la vida presente con mucha fuerza y proyectarla. Dejará de vivir el hombre cuando deje de proyectar.